Con el post anterior de la rueda de la vida espero que hayas podido establecer tus objetivos con claridad, y que ello te haya proporcionado una sensación agradable de ubicación en este planeta llamado tierra. En otros post seguiremos haciendo hincapié en aspectos relacionados con los objetivos, y con el propósito de vida y autorrealización. Pero ahora vamos a hablar del segundo elemento de la tríada del éxito, el primero es tener objetivos claros, y el segundo es la determinación. La determinación va muy ligada a la perseverancia. Es obvio que la perseverancia en una tarea aumenta las probabilidades del éxito en dicha tarea, y no solo por probabilidad, sino por la plasticidad neuronal. El cerebro se modifica con la experiencia, y la reiteración de una tarea mejora la capacidad del cerebro para su ejecución.
En este post voy a explicar un experimento de unos investigadores de la Universidad de Oxford publicado en la prestigiosa revista Nature. En este experimento los investigadores entrenan a unos individuos en una tarea de treinta minutos diarios de juegos malabares. Lo que ven los investigadores es que a las seis semanas se ha producido un incremento de densidad neural (aumento de células) en las regiones implicadas en coordinación de movimientos relacionados con los malabares. Es decir, si al cerebro le das tiempo, éste se modifica de manera que las posibilidades de tener éxito con la tarea aumentan.
El problema es que los adultos tenemos muy poca paciencia. Imagínate si un adulto tuviera que aprender a andar… sería desastroso. Ya no lo recordamos, pero aprender a andar es una de las actividades más frustrantes que hemos realizado. Un niño se puede caer más de cincuenta veces al día, pero afortunadamente nunca se plantea si será capaz de conseguirlo, por el contrario sigue intentándolo de forma repetitiva con ahínco, hasta que lo consigue.
Esa determinación es la que yo os animo a adoptar, a intentar las cosas una y otra vez hasta que salgan (siempre con sentido común, claro), y no abandonar en cuanto las cosas se pongan feas.
Objetivos claros y determinación son gran parte de la ecuación del éxito. La otra es la actitud, de la que hablaremos más adelante, mientras tanto… ¡Redefine Imposible!
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